¿Qué son los trastornos del aprendizaje?
Son dificultades en el área de la lectura (dislexia), de la escritura (disgrafia) o del cálculo (discalculia). Se dan en un 2-10 % de la población y suelen ser independientes al nivel intelectual del niño.
Generalmente subyacen trastornos cognitivos (de procesamiento cerebral de la información) tales como déficit de atención, memoria, percepción visual, etc.
¿Cómo se diagnostican?
Las primeras señales de este tipo de trastornos se descubren en la escuela. El profesor detecta mayor dificultad en estas áreas que las que observa en el resto de sus alumnos. El niño puede desarrollar un rechazo hacia las tareas escolares, e incluso hacia el mismo colegio que puede traducirse en trastornos del comportamiento o en ansiedad.
Deben descartarse alteraciones sensoriales, como la falta de agudeza visual o auditiva que pueden interferir en el procesamiento de la información. Así mismo es recomendable realizar un examen de la capacidad intelectual del alumno ya que puede confundirse un CI bajo con trastornos del aprendizaje.
¿Cómo se tratan?
El tratamiento se basa en la reeducación neuropsicológica, incidiendo en las áreas cognitivas que pueden estar afectadas. Es importante el trabajo coordinado con la familia y la escuela, de forma que el tratamiento obtengo resultados óptimos. Además se incidirá en los posibles trastornos asociados como la ansiedad o las alteraciones conductuales.
¿Cómo saber si mi hijo tiene trastornos del aprendizaje?
En el caso de la dislexia se aprecian distorsiones, sustituciones u omisiones. Y tanto la lectura oral como la silenciosa se caracterizan por lentitud y errores en la comprensión. Se diagnostica a partir de los 7 años.
La discalculia se caracteriza por dificultades en la compresión o denominación de términos matemáticos, operaciones o conceptos y en la descodificación de problemas escritos en numéricos, en el reconocimiento o lectura de símbolos numéricos o signos aritméticos, contar, etc. Se suele poner de manifiesto entre el 2º y el 3º curso de primaria.
La disgrafia es la dificultad para componer textos escritos, cometiendo errores gramaticales o de puntuación, errores ortográficos y además con una caligrafía deficitaria. En general se diagnostica a partir del 1º curso de primaria.
¿Qué hago si sospecho que mi hijo tiene un trastorno del aprendizaje?
Lo primero es consultarlo con el profesor. Hay que tener en cuenta que durante el aprendizaje suelen darse casos como la conocida «escritura en espejo» que son evolutivas, es decir, que con el tiempo desaparecen.
Una vez que hemos contactado con la escuela y nos confirman la presencia de dificultades, debemos acudir a un psicólogo o logopeda especializado. Allí se realizará un diagnóstico diferencial y, en caso de ser necesario, un plan de tratamiento. Hay que tener en cuenta que el tratamiento suele ser largo y es importante realizar trabajos en casa para reforzarlo.