Afrontar una separación de pareja suele resultar doloroso, tanto si somos responsables de la decisión como si «nos han dejado». Nuestras reacciones y las de nuestra pareja pueden ser diversas: dolor, tristeza, alivio, rabia, odio, frustración, indiferencia… Va a depender de las situaciones que hayan precedido a la separación, del tiempo que haya durado nuestra relación, de la presencia o no de hijos, de nuestra situación económica… Hay muchas variables que van a influir en nuestro estado de ánimo.
Entraremos en una fase de duelo que evolucionará hasta la plena aceptación de la situación y la adaptación a nuestra nueva realidad. Esto requiere tiempo. Muchos pacientes me preguntan «¿cuánto?», pero es imposible responder a esa pregunta. Lo que sí es cierto es que el patrón de afrontamiento que elijamos nos va a ayudar a llegar a ese punto en el que aceptemos la ruptura y podamos continuar con nuestra vida.
Recomendaciones:
- Evitar, en la medida de lo posible, el contacto con nuestra expareja. Esto incluye buscar información en redes sociales, en amigos comunes, etc.
- Centrarnos en «reorganizar» nuestra vida
- Evitar pensamientos de fracaso o sentimientos de culpa que nos van a anclar en el sufrimiento por la pérdida.
Si te acabas de separar, tienes derecho a sentirte triste y a echar de menos vuestra vida en común. Todo esto es parte del proceso.
Acudir al psicólogo en estos momentos puede ser de gran ayuda para desahogarnos sin sentirnos juzgados y para preparar una estrategia de reconstrucción que nos ayude a seguir adelante.
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📷 @kelly_sikkema