Mindfulness o atención plena es una práctica en la que llevamos nuestra conciencia al momento presente, evitando los pensamientos sobre temas que no tienen que ver con lo que está sucediendo en el “aquí” y en el “ahora”. Se utiliza la propiocepción (las sensaciones corporales propias) para tomar conciencia de cómo y dónde estamos. Evitamos centrar nuestra atención en pensamientos referidos a tiempos pasados o futuros, centrándonos en lo que sucede en el momento presente.
Pongamos un ejemplo: ¿Cuántos de ustedes han conducido su vehículo desde el trabajo a casa y cuando han llegado se han sorprendido porque no se han dado cuenta del trayecto? Infinidad de veces durante el día realizamos tareas cotidianas como la ducha, limpiar, caminar al trabajo con el «piloto automático» puesto. Descubrimos edificios singulares de nuestra ciudad, de nuestro entorno próximo porque viene un amigo de fuera y lo observa. Nos sorprendemos de cosas que están ahí y no las vemos. Pero no es cierto: las vemos pero no les prestamos atención. Mientras camino al trabajo voy pensando en la discusión que he tenido esta mañana en casa, o en lo que tengo que hacer al llegar a la oficina…
Por otro lado descuidamos nuestro cuerpo, lo desconocemos. No le prestamos atención a excepción de que salten señales de alarma como dolores y malestares. Vamos acumulando estrés, nervios en nuestro organismo y poco a poco vamos somatizándolos en forma de alguna patología (contracturas musculares, estreñimiento, diarreas, nervios…). El mindfulness o atención plena va a llevarnos a conocer y saber conectar con nuestro cuerpo. Armonizaremos pensamiento, emoción y cuerpo de tal manera que seremos capaces de detectar las señales previas a la aparición de molestias físicas o psicológicas. Además aprenderemos a no juzgarnos y a aceptarnos como realmente somos.
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